Los besos largos que en penumbras te doy
Escondido en la selva de cemento
Hurgando en tus labios encuentro el sabor melifluo de tu corazón
Sentado viendo caminar unos amantes a lo lejos
Converso contigo y las horas nunca tienen final
Tú más que yo conoces que reírnos es la manera menos dolorosa de querernos
Mis manos lentamente han recorrido tus largas y tersas piernas
Mientras el auto viaja abriéndose paso entre camiones dislocados
Has acelerado mi piel que se unta deliciosamente de tu redención
Sabia mujer nunca dejes escapar esa luz brillante
Que atesoras en esa mirada clavada de misterios…
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