Translate

lunes, 29 de abril de 2013

Hojarasca


La caída de la hojarasca cuenta los minutos que restan; cuando eres pequeño las hojas al caer de los añejos robles lentamente se desplazan como suspendidas en el aire y caen con tanta lentitud que tienes el tiempo suficiente para ir ha almorzar con el padre bebedor; los vientos de agosto rastrillan las hojas y las amontonan al final del pasillo, donde la conciencia de mi Dios no ha podido penetrar. Es allí donde deambulan los fantasmas del anochecer, dando pequeños saltos catatónicos de un festín misterioso; misterioso como una mirada esquiva frente a la inmensidad de un cielo cargado de nubes sostenidas por un sol egregio. Has depositado toda tu deshonra en ese pasillo, la hojarasca al cubrirte permitió que tu cuerpo nunca fuera hallado, desapareciste como siempre anhelaste, devorado por la naturaleza excelsa y sabia.

sábado, 20 de abril de 2013

Eternidad


Yo dominé la eternidad hasta hoy que se me escapó
Un descuido y despavorido huyó hacia los alejados confines del jardín
Una flor altiva cobijó entre sus pétalos al tibio escurridizo
Acurrucado desde su escondite me dirigió esa típica mirada escrutadora que deja tu alma desnuda
Un vientecillo tardecino amainó mi turbulento desconcierto
Respiré descuidadamente
Casi con la inercia con la que saludamos
A un buen caminante de rutas inhóspitas
Reposé en el shailon vetusto de mi imaginación
Y pude mecerme en un vaivén dominado
Por la mano bondadosa de la eternidad...

viernes, 19 de abril de 2013

Aleatorio



Caminé alguna vez por la plaza San Martín cuando los pirañas y los homosexuales la dominaban, cuando Sendero Luminoso cercaba Lima con sus coches bomba y el terror, caminé alguna vez rumbó al cine Metro para ver la película el Guardaespaldas en donde la canción principal hacia añicos mi estereotipado personaje de hippy urbano marginal, época en la que me encontraba enamorado de una quinceañera y alquilaba mis sueños por una hora de conversación de amores con finales infelices, refugiado en la coraza de Rayuela, libro de Cortazar, buscaba en el amanecer alambicado el perfil filantrópico de su personaje principal de la novela Rayuela, la Maga, andaba de teatro en  museo rebuscando su esbelta figura, iluso coleccionista de historias, recopilador empedernido de recortes de vidas recogidas de las madrugadas agujeradas de una Lima vital en la que hervía el sentido insensato de caminar descalzo por los vericuetos de pasajes secretos y callejones de los Barrios Altos en donde la voz razonablemente socarrona de un ser corroído por el alcohol y las drogas desgarraba tu alma aquejada por la búsqueda de la implacable verdad de nuestras vidas aleatorias.

domingo, 14 de abril de 2013

Garúa

Un cigarro en su mano significaba que algo grandioso había ocurrido en su vida; caminaba en plena llovizna de una medianoche limeña, en una avenida casi desértica, semioscura, semipeligrosa, la luz de un poste dejaba observar como el humo del cigarrillo se alejaba formando figuras caprichosas, respiró hondo, su jean raído alejaba a duras penas el frío de sus ligeras piernas, su cabellera larga acompañaba su cadencioso caminar, ambas manos en los bolsillos sujetando distraídamente las pocas monedas que lo acompañaban, sostenía el pensamiento irónico que viviría eternamente, un susurro imperceptible lo siguió las siguientes cuadras, sintió que sus labios se rehacían en una sonrisa metafórica, sintió que el cigarro le quemaba los dedos, instintivamente lo soltó, olvidándose que ya no tenia lumbre para encender el próximo, aligeró su cuello, balanceo con suavidad su rostro, como relamiendo la garúa, alcanzó, de pronto a ver el cielo, revoloteaban algunas estrellas, respiró hondo, y vivió para siempre embelesado con la imagen de su chalina negra confundirse con el pelaje suave de un perro callejero obsesionado en perseguir su cola hirsuta.

lunes, 1 de abril de 2013

Lunes por la madrugada

He negado mil veces mi abolengo de alcurnia imaginaria
amante de la perdición y de los desmanes
de las mujeres desnudas curvilineas
de sonrisas amables y sensuales
mas sensuales que amables
he doblegado cual sable inquisidor
a tus elixires propios de tus melifluos efluentes
he besado con ferbil desenfreno tu pubis casi misterioso
cadencioso al vaivén de la libidinosa tarde
que nos oculta de los seres inválidos
he perseguido inquisitivo tus instintos masturbatorios
mas profundos
encontrando en tu sonrisa
la paz del atardecer
dibujado en tu sensualidad sosegada de mujer
perdidamente enamorada de la simplicidad 
del calor de una mano que arranca tus prendas mas intimas
sin que te des cuenta que estas perdidamente acostada en la mesa
cual escultura griega entregada al desenfreno aleatorio del huracán
de músculos y disipación que tu amante impropiamente 
acosado por el vendaval libidinoso que a su ser desemboca
un lunes por la madrugada...