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jueves, 5 de marzo de 2015

Ingenieros de élite


Corría el año 2008, ya había pasado el verano en esa Lima viajera y efímera, en el interior de un séptimo piso de un edificio de FONAVI, en el ala oeste había una sala de conferencias, la cual había sido habilitada para que un grupo de expertos profesionales analizaran y emitieran un diagnóstico situacional de unas obras que habían quedado sin liquidarse las cuales estaban ubicadas a lo largo de nuestro territorio.

Para las capacitaciones de liquidaciones de obra nos había; la empresa que nos contrató; incluido a un experto de talla internacional en esos menesteres, era un ingeniero de reconocida suficiencia profesional conocido como Walter y que para  Juan, uno de nuestros ingenieros que conformaron la élite de expertos liquidadores buceando miles de documentos suspendidos en el tiempo, tan antiguos como los dinosaurios y la Pepa Baldesari; era, sin más etiqueta que el gurú, el Dalai Lama, el Bill Gates de la ingeniería.

Un día se encontraba nuestro ingeniero capacitador dictando su charla magistral, cuando de pronto, intempestivamente, otro ingeniero, que capitaneaba el equipo de expertos profesionales, se sintió disminuido, acalambrado intelectualmente, y hubo una gran interferencia con Walter y un amago de discusión, que dio por resultado la salida intempestiva de este último, del aula magna.

Atrás, quedó paralizado nuestro amigo Juan, inamovible, petrificado; segundo a segundo y lentamente la sangre irrigó nuevamente su ser y en un segundo de lucidez atinó a salir raudo detrás de la estela dejada por Walter, gritando a viva voz...Quédate Walter!!!, no te vayas!!!...no nos abandones!!!...no me abandonessssss!...

Sin embargo, ya se había cerrado el ascensor y Walter 5 pisos más abajo con sus canas envolviendo su cabellera pensaba, carajo en que cojudez me metí, y no pudo percibir los rechinantes gritos de Juan y nuestra risa perfectamente modulada para que no moleste a otras oficinas del gobierno de turno. Juan quedó lisiado, enajenado para siempre de tan incruenta situación ingenieril, quedaron desbaratadas el ideal de dominar este último filón de la ingeniería que le había sido tan esquivo: La Liquidación de Obras o quedar liquidado en el intento, fue lo último el que se impuso.

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