Cuan noble es tu alma que de pie resistes
Mi inclemente castigo
He lastimado una y otra vez tus sangrantes heridas
He alzado mi voz desaforadamente frente a tu sensible corazón
He regado de azufre tu piel y te has secado con la paciencia de una abuela
He matado tu futuro y me das la lluvia que moja mi ira
Que tengo que hacerte Madre Tierra para que fenezcas
En el frenesí iracundo de destrucción
En el cual vivo empecinado
Madre Tierra eres la lágrima cristalina de un iceberg
Con el lomo cargado de lobos marinos y nutrias juguetonas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario