El abúlico silencio
Avanza como bruma cargada de arambeles
La penumbra ausculta tu rostro
La moldea cual escultura incandescente
Azafrán lanzado al cosmos esparcido parido, molido, partido
Fortaleciste mi hambruna con tu filantropía
Curaca amordazador de espíritus retiraste el espejo de mi retina aniquilada
Soy ciego o silencioso al hablar
O sólo el ciego bebedor de botellas acartonadas, cuarteadas, níveas, solariegas
Has apretado tu pecho lanzando un pírrico sonido de tu meliflua voz
Doblando inmisericorde la historia de tu vida…
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