Alambique

Es el rumor del agua que en medianoche desafía al silencio
es la sonrisa de tu Margarita que esconde su rostro del sol
es el olor de la penumbra que en horas muy alejadas
se alimenta del anonimato
a hurtadillas agarraste la costumbre de mecer la rutina
hasta que algún onírico semblante
descerraja una sonrisa con la dentadura incompleta
limpiando el adorno
que mecido por un viento cadencioso esquivaba su aseo
esta inundada la casa
de fotografías
de Margaritas
de libros
de vientos que se posan en las esquinas
de silencios que trepan por las paredes
hasta posarse en la enredadera sutil de un alambique que destila
el dolor de los seres enjaulados en el tiempo...

Fiera

Yo soy una fiera enjaulada en barrotes de neblina
he andado cual bestia en parajes donde los humanos anhelan caminar
agazapado espero la presa que alimentar
a mis cachorros que hambrientos gruñen mi regreso
mis  ágiles músculos y el dios de mi naturaleza
hizo de mi la perfección del cazador
relamo mil veces mi lengua en la noche oscura de la sabana africana
relamo mi pelaje infinito de dulzura y belleza perfecta
arquitectura inmaculada de lineas y colores
mis rugidos ecos de vida ancestral acosan mis demonios
aquí echado
agudizando mi mirada a la presa
acudo a ti viento edulcorante
y resoplo en el segundo instante en que parto
raudamente en busca de la vida
de la sangre
de la carne
del festín interminable que es mi vida
que es mi destino anidado en millones de años
de sobrevivir a la esperanza de que mis cachorros
amanezcan jugueteando con la naturaleza
de una áfrica libre de depredadores
figuras irrisorias de humanos que transgreden mi destino...

Chasquido

Simplemente reto al destino con el chasquido de sus dedos
recordó a su abuela
lanzó ese alarido propio de los desposeídos
se lanzó a la piscina
y se sumergió anhelando revolotear en la placenta
de su madre inmaculada
en el silencio torpe donde la angustia se esconde
y estas solo sosteniéndote  afiebradamente
del pelaje sedoso de la cabellera de una leona
que osa lamerte tu rostro amorosamente
afilando hermosamente sus sables
que tus entrañas brindarán de manjar
es la efímera sensación de inmortalidad
que cada ser experimenta
en el silente segundo en que tus párpados
agotados retiran la vida de tu cuerpo...