El
tiempo transcurre tan lento
Que
podría detenerlo entre mis manos
Sentiría
lo terso de su piel cual dados inmaculados
Podría
enjaularlo entre mi puño almidonado
Moverlo
y lanzarlo en una mesa de eucalipto ojeroso
Dando
pequeños saltos alejándose de mi prisión
Mientras
Divagando
Bebiendo
un pisco
Diría
que es la vida la que juega el resultado de un destino
O
es el destino el que acelera las pulsaciones del cubito rodando sinuosamente
Como
bailando un jazz en un bar en penumbra
limeña
Brindándome
el milimétrico tiempo para detenerlo
O
permitir que huya sonriendo llevándose azarosamente
El puntaje de mi vida…