Que preciosa alma encuentra mi voz al surcar el arrabal
Repleto de historias de
juglares escondidos entre bosques infantiles
Sonrisas inefables y
cristalinas que devuelven a mi espíritu un corazón poderoso
Ansioso de galopar la vida
Cual corcel brioso retumba a su
paso el silbido de tu rostro
Vida
Ohhhh vida
Pequeña vida
Sonrisa de una angelita que
suelta una carcajada silenciosa
En el comedor alejada del
estricto control de las normas
Tú...señora soñadora...
Apareces repetida mil veces en
el cuerpecito esmirriado
Y en la voz altisonante de una
pequeña que robó mi historia
Robó mi corazón
Colocando un florero en mi
pecho con un reloj suizo
Que ya no cuenta los segundos
supuestos de mi efímera eternidad…