Le invitaste un chocolate y te sonrió como si te conociera toda la vida, abrigaste sus labios y le mordiste finamente su boca, cerró los ojos y corrió hacia la avenida poblada de miles de luces paganas, era un edén verla correr, con pasos armoniosos y sus torneadas piernas era la delicia de un embobado espectador. Te compró una coca cola y la bebieron sentados en un murete polvoriento, ella hablaba, de acuerdo a lo que pensaste en ese momento, de irrelevantes cosas, como que una noche pecaminosa estaba sentada en su tejado mirando la luna y divagando sobre cosas de mujeres, nunca entendiste esa frase, craso error, craso error mi querido amigo, porque esa fue la respuesta que tanto buscabas cuando ella se disolvió de tu presente y en tus momentos de nostalgia te sentabas en aquel murete polvoriento y te preguntabas repetidas veces bebiéndote una coca cola helada sin sorbete…porque diablos se fue dejándote tantas interrogantes flotando como delfines juguetones?.
martes, 4 de octubre de 2011
sábado, 1 de octubre de 2011
NICK
Que pasó amigo, de pronto tus lentes se opacaron y la vida se tornó nebulosa, que pecados has cometido para que los viajes se vuelvan tan vertiginosos, la sombra crece bajo el árbol quimérico que nos acompañó en nuestras tertulias púberes. Querubín endiosado por tu pluma de fino rasgar, atrevido poeta, caminante de mil pasos, osado curioso de los fondos del alma desenfrenada del ser humano. Porqué sucumbiste, amigo, a las garras de tu inocente vicio, amigo regresa, con esa sonrisa metafórica de la rayuela que jugábamos frente a la mirada curiosa de Cortazar. Hoy la lejanía tan pronta de tu partida me arranca un pedazo de mi historia, no terminaste de contarme como te fue en Lima y repentinamente me entero de que en tu cuenta de twitter que se deja leer escuetamente en los 160 caracteres que te permite, que regresaste a esa Lima tremendamente ambivalente, metafórica, ecléctica y solitaria
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